Se hacen llamar vagabundos porque viajan en van (furgoneta). Para ellos es un estilo de vida, disfrutar de las pequeñas cosas, amar la naturaleza, aprovechar cada minuto y sentir que están vivos. Siguen la filosofía de que su casa está donde aparcan su VW Bus. Ellos son The Vagabond Van, y las protagonistas de toda esta historia son Janis y Betty, dos furgonetas Volkswagen en las que vivir un sinfín de momentos imposibles de olvidar. Puedes disfrutar de una experiencia con ellas tanto para eventos como para viajes, y si lo haces aseguramos que no te vas a arrepentir. Si quieres saber su historia sigue leyendo.

-¿Cuándo y cómo nació este proyecto?

-The Vagabond Van nace hace poco más de un año y casi sin querer. Todo empezó cuando mi padre y un servidor tomábamos un vuelo a Barcelona para ir a ver una VW T2ab que tenían en venta en un pueblo de Lleida. Estaba pintada a spray, los interiores rasgados y los suelos hundidos pero después de unas horas de dura negociación era nuestra, y era la mejor furgoneta del mundo. Tras un divertido y largo viaje Lleida-Gijón con la incertidumbre de si llegaríamos a casa o nos quedaríamos por el camino por fin logramos completar con éxito nuestra primera prueba de fuego, llegamos.

Esa misma tarde después de comer llevamos la furgoneta al taller de nuestro amigo Jose Padilla, de Carrocerias Padilla en Piedras Blancas, tendrías que ver su cara cuando nos vio llegar…

Tras unos meses de duro trabajo vimos la luz, era Betty y era tan bonita que decidimos que teníamos que compartirla. La podríamos alquilar como coche de bodas!! y desde ese momento mi cabeza no paró de imaginar cosas nuevas, dar forma a esos sueños que poco a poco iban surgiendo y que van viendo la luz poco a poco.

-Janis y Betty son las protagonistas de esta historia, ¿qué podéis contarnos de ellas?

-Betty es una Volkswagen T2 ab Campmobile, lo que se conoce en el mundillo como ‘westy’. Proviene del mercado americano y fabricada en Alemania en el año 1972. Sabemos de ella que ha cruzado el charco en dos ocasiones y por el estado de su chapa en un clima seco, de interior, ya que no estaba muy afectada por la corrosión y el estado de sus entrañas era más que aceptable para un vehículo de su edad. Se la compramos a un par de hermanos de un pueblo de Lleida, muy hippies que hacían sus viajes de fin de semana con ella. Nos contaron que se la habían comprado a un francés que había recorrido parte de Europa con ella. Llegaron a ir con ella hasta la isla de Ibiza, y nos contaban entre risas como Pocholo les abordó en mitad de la calle para subirse a la furgo.

Ahora, una vez restaurada, fiel a la original, con sus pintura de origen, sus cortinas iguales al modelo, interiores originales y alguna mejora mecánica y mucho cariño se ha convertido en nuestra Betty, la niña bonita de este proyecto la cual la usamos para momentos especiales y para darnos el lujazo de poder conducirla algún fin de semana que otro.

Janis es una furgoneta muy viajera y playera, su pintura bicolor llama la atención y nos suelen pitar a menudo por las carreteras, transmite muy buena onda allá donde pasa y es una atracción en cuanto a miradas se refiere. Este modelo no tuvimos que irnos muy lejos a por el, ya que la encontramos en Avilés, muy cerca de casa. Por lo visto el propietario la había recibido como parte de pago de alguién que le debía dinero y realmente no le gustaba este tipo de vehículos, por lo que llegar a un acuerdo no supuso mucho problema, el quería dinero, nosotros esa flamante T2 B Berlín deluxe que tanto habíamos ansiado y buscando por todos lados sin éxito hasta la fecha.

Janis no estaba mal a simple vista ya que había tenido un lavado de cara pero para cerciorarnos bien y estar al 100% decidimos desmontarla completamente, lijarla, reparar bien la chapa y volver a pintarla de su color que tanto nos gustaba.A la vez que revisamos todos los aparatos como tomas de enchufes, nevera que cambiamos todo el cableado, calefacción estacionaria y sistema de gas.

No sabíamos de su procedencia hasta que un día en una feria se nos acercó un chico, el cual nos dijo que la había restaurado hacía unos años, tenía fotos de su estado anterior y la verdad que nos quedamos alucinados. Se la había comprado a un hippie de Barcelona que vivió en ella una temporada, era de color rojo, con la rueda de repuesto delantera y parecia que había servido de carro de combate durante la segunda guerra mundial, jeje. Nos encanta esta furgoneta para viajar, es muy funcional y funciona todo a las mil maravillas.

-¿Y por qué las míticas Volkswagen?

-Eso me viene de pequeño. El segundo coche que mi familia se compró fué un Volkswagen golf GTI del año 1992 que ahora uso como utilitario y al que tengo un especial cariño.  Con 21 años compré mi primera volkswagen t4 california motor 2400 diesel. Años más tarde la vendí y me hice con una autocaravana Volkswagen t4 Karmann traída de Alemania en la que pasé viviendo  un par de años mientras trabajaba haciendo temporadas en estaciones de ski y trabajando los veranos como socorrista. Esa autocaravana ahora pertenece a mi familia ya que mis padres se acaban de jubilar y en estos momentos están recorriendo Europa en ella, así que nos la vamos turnando. Como ves es una marca que me ha acompañado desde pequeño a la cual se une mi pasión por la libertad que te ofrecen estos vehículos. Había algo que me decía que debía de volver a los orígenes del camping, en estos días que va todo tan deprisa me he dado cuenta que la desconexión de la tecnología y el  poder viajar con lo justo es el nuevo lujo.

-¿Qué tienen, qué aportan, por qué deberían elegirlas?

-Creo que lo aportan todo, son míticas, originales, con estilo y con clase a la vez que divertidas. Puedes viajar en ellas, sorprender en un evento o quedarte mirándolas durante horas como un tonto, sacarles mil fotos y aún así no cansarte. Conoces gente, desprenden buen rollo allá por donde van y aún no he conocido a nadie que diga que no le gustan. Elegirlas o no eso es cuestión de prioridades, gustos o darte un capricho. Lo que si es claro que The Vagabond Van ofrece unas furgonetas restauradas con el máximo cuidado, conservando lo mas original posible cada modelo y ofreciendo un grado de detalle muy cuidado en cada alquiler. Hemos invertido mucho tiempo y dedicación para ofrecer la máxima calidad en cuanto a acabados y fiabilidad mecánica por lo que estamos muy seguros que no defraudarán.

-¿Qué significa para vosotros ser autocaravanista, furgonetero o vagabundos como vosotros decís?

-Es un estilo de vida, una vez que lo pruebas no puedes parar. Sentimos una sed insaciable por viajar, de alimentar nuestras vidas con nuevos lugares, sentir que donde aparcas está tu casa, que el próximo destino será el mejor y disfrutar de las pequeñas cosas. La felicidad está en disfrutar del camino, vivir experiencias y sentir que estamos vivos. Cada día es una aventura, somos nómadas, vagabundos del destino con unas ganas extremas por vivir.

-Tenéis la opción de alquilarla para bodas o eventos o bien para hacer un viaje, ¿qué es lo qué mejor funciona?

-En este año de vida no nos ha dado tiempo a saber que es lo que mejor funciona. Hacemos alquileres para bodas y la gente queda encantada y los alquileres para vacaciones que hemos hecho han salido muy bien. La gente vive una experiencia que hoy en día es complicado encontrar. Para nosotros es lo importante, dejar buenos recuerdos que al final es lo que nos llevamos con nosotros.

-Lo cierto es que cada vez más autocaravanas tanto en bodas como en carreteras, ¿es éste un mercado en auge?

-Es cierto que puede haber una moda, tendencia o como queramos llamarlo. Si bien puede ser un cambio de mentalidad y la gente prefiere comprar su libertad alquilando o comprando una camper a pactar con la muerte de firmar una hipoteca a 40 años. Sea lo que sea es algo que está cada vez más extendido y somos más en esta comunidad de llevar el caracol a cuestas.

-Estáis ubicados en Gijón, pero ¿viajan Janis y Betty por toda España?

-Somos viajeros y nos encanta conocer sitios. Nos movemos principalmente por la zona Norte, por lo que cubrimos bodas en la zona de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Castilla y León e incluso Madrid.

En los alquileres para vacaciones recomendamos descubrir Asturias. A parte que somos unos enamorados del paraíso, descubrir los encantos de esta tierra a baja velocidad por carreteras secundarias disfrutando de lugares, gastronomía, sus gentes y sus paisajes es algo que a todo el que le guste la naturaleza debería realizar.

-Además, tenéis una tienda con tazas, camisetas, sudaderas y gorras. Muchos se apuntan a la moda furgonetera, ¿verdad?

-El movimiento van life se relaciona con la libertad. Hemos creado una línea de ropa que llamamos vagabunda. Esta hecha con algodón orgánico 100% siendo conscientes de reducir el impacto medioambiental y aportar nuestro granito de arena en una producción sostenible, de comercio justo y sin perder la calidad de la ropa. Hacemos colaboraciones con artistas afines a nosotros que comparten el gusto por las furgonetas, la vida al aire libre y los deportes. En definitiva, que comparten nuestra locura por vivir y ser felices.

-¿Qué esperáis del futuro de The Vagabond Van?

-Esperamos que podamos transmitir experiencias inolvidables a la gente que confía y alquila nuestros servicios. Seguir amando lo que hacemos y porqué no, dejar huella.

-Aquí en Asturias se ha vivido una importante polémica entre políticos, autocaravanistas y campings que aún está sin resolver, ¿os ha influido de alguna manera?

-Me mantengo bastante al margen de temas políticos. Nunca he pagado un camping para dormir en una furgoneta, autocaravana o camper, me parece un robo, sinceramente. Siempre he creído en el sentido común, en el vive y deja vivir y que respetando se llega a todos sitios. No puedo decir que me influya directamente pero si como miembro de una comunidad vanlife me enfada que alguien con traje y corbata que no sabe de lo que habla ponga trabas e impida que la gente que decimos adoptar el autocaravanismo como medio de vida decida no parar en Asturias por miedos a multas o impedimentos.

-Seamos optimistas. ¿A esta filosofía de vida de viajar con la casa a cuestas aún le queda mucho camino, no creéis?

-Por supuesto, aún nos queda mucho para llegar al nivel de países europeos como Francia, Alemania o Suecia. No me cabe duda de que es un crecimiento exponencial y no  va a parar. Sigamos disfrutando de nuestros viajes que quién sabe lo que pasará mañana.

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