Pocos lugares sorprenden como lo hace Euskadi. Entre mar y montaña, con una historia única, una gastronomía inigualable y un entorno envidiable, no hay viajero que lo visite y no lo disfrute. Sus bellas ciudades como Vitoria o Donosti bien merecen una escapada, pero si por algo sorprende esta comunidad es por el encanto de sus pueblos, que han sabido conservar la magia del pasado en pleno siglo XXI. ¿Estás pensando un viaje para esta Semana Santa con tu autocaravana? Prepara la maleta. Nosotros te descubrimos el destino.
Hondarribia: antigua ciudad amurallada, esconde un casco viejo para enamorarte, de esos repletos de casas con encanto y callejuelas adoquinadas para perderse. La dosis medieval se obtiene al cruzar sus murallas y puertas como las de Santa María y San Nicolás o cafeteando el castillo de Carlos V (actual parador). Además, esta localidad ofrece también los rasgos característicos de un pueblo pesquero, espescialmente en el barrio de La Marina, donde sus bonitas casas hacen un guiño al visitante con sus flores y colores.
2. Getaria: cuando los acantilados dan un respiro, en la costa guipuzcoana se hacen maravillas. El buen ejemplo de ello es esta empinada localidad, en la que cada rincón merece una visita. La inauguración del Museo de Balenciaga sirvió de mucho para que el viajero optara por ella, aunque sin duda su mayor encanto reside en su relación con el mar. Tanto que ha dado marineros de la talla de Juan Sebastian Elcano. Huele a sal por todas partes.
3. Bermeo: parada imprescindibles si visitas la costa de Bizkaia. Una ermita en lo alto de un acantilado que seguramente habrás visto mil y una veces en distintas fotografías es su enclave más reconocido. No lo dudes a la hora de subir su escalinata porque, de hacerlo, prometemos que no te arrepentirás. Una rica historia y un puerto marinero lleno de color suman puntos a su encanto.
4. Elantxobe: es una hilera de casas plantadas en un acantilada que miran como cada mañana sus habitantes se echan al mar. Sus casas colgantes están construidas de forma escalonada en torno al puerto como si de un anfiteatro se tratase. Desde cualquier lugar del pueblo las vistas son inmejorables.
5. Lekeitio: sus playas nos han conquitado y también su idílica presencia de la isla de San Nicolás. Su color turquesa te fascinará. Además, cuenta con un casco antiguo de lo más coqueto, que conduce a palacios o murallas. Tampoco puedes perderte su imponente basílica de la Asunción de Nuestra Señora.
6. Elciego: su principal atractivo es indudablemente la presencia del hotel Marqués de Riscal, ante el que es necesario detenerse. Pero la villa cuenta con mucho más patrimonio, formado por calles medievales, casas blasonadas y un par de iglesias sorprendentes como la de San Andrés o la ermita de la Virgen de la Plaza.
7. Elorrio: localidad que cuenta con monumentos y palacios prácticamente a cada paso. Es, sin duda, una maravilla todavía sin descubrir por el turismo. Su casco urbano fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1964. Noble y señorial, en su entorno verde se encuentra la necrópolis de Argiñeta. Su antigüedad, que se remonta hasta el siglo IX, hace que sus 23 tumbas comformen uno de los monumentos funerarios más importantes del País Vasco.
8. Pasajes: aparca la autocaravana y súbete a la barca. El mar a un lado y el verde al otro envuelven este pequeño pueblo, donde puede saborearse el más típico y tradicional encanto vasco. Su plaza de Santiago de Pasai Donibane es un auténtico espectáculo para la vista. Tampoco deberías perderte la visita a la casa de Víctor Hugo, un museo gratuito dedicado al famoso escritor francés que pasó en esta bonita localidad el verano de 1843, mientras escribía una de sus novelas.
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2. Getaria: cuando los acantilados dan un respiro, en la costa guipuzcoana se hacen maravillas. El buen ejemplo de ello es esta empinada localidad, en la que cada rincón merece una visita. La inauguración del Museo de Balenciaga sirvió de mucho para que el viajero optara por ella, aunque sin duda su mayor encanto reside en su relación con el mar. Tanto que ha dado marineros de la talla de Juan Sebastian Elcano. Huele a sal por todas partes.
3. Bermeo: parada imprescindibles si visitas la costa de Bizkaia. Una ermita en lo alto de un acantilado que seguramente habrás visto mil y una veces en distintas fotografías es su enclave más reconocido. No lo dudes a la hora de subir su escalinata porque, de hacerlo, prometemos que no te arrepentirás. Una rica historia y un puerto marinero lleno de color suman puntos a su encanto.
4. Elantxobe: es una hilera de casas plantadas en un acantilada que miran como cada mañana sus habitantes se echan al mar. Sus casas colgantes están construidas de forma escalonada en torno al puerto como si de un anfiteatro se tratase. Desde cualquier lugar del pueblo las vistas son inmejorables.
5. Lekeitio: sus playas nos han conquitado y también su idílica presencia de la isla de San Nicolás. Su color turquesa te fascinará. Además, cuenta con un casco antiguo de lo más coqueto, que conduce a palacios o murallas. Tampoco puedes perderte su imponente basílica de la Asunción de Nuestra Señora.
7. Elorrio: localidad que cuenta con monumentos y palacios prácticamente a cada paso. Es, sin duda, una maravilla todavía sin descubrir por el turismo. Su casco urbano fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1964. Noble y señorial, en su entorno verde se encuentra la necrópolis de Argiñeta. Su antigüedad, que se remonta hasta el siglo IX, hace que sus 23 tumbas comformen uno de los monumentos funerarios más importantes del País Vasco.
8. Pasajes: aparca la autocaravana y súbete a la barca. El mar a un lado y el verde al otro envuelven este pequeño pueblo, donde puede saborearse el más típico y tradicional encanto vasco. Su plaza de Santiago de Pasai Donibane es un auténtico espectáculo para la vista. Tampoco deberías perderte la visita a la casa de Víctor Hugo, un museo gratuito dedicado al famoso escritor francés que pasó en esta bonita localidad el verano de 1843, mientras escribía una de sus novelas.
